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jueves, 21 de agosto de 2014

Las viudas del masismo trasnochado: #CiudadanosPorLaUnidad.

El día de hoy, exactamente una semana después del homenaje a Teodoro Petkoff, reseñado por uno de nuestros colaboradores, se celebró en el elitesco Centro Cultural Chacao (CCC) un acto llamado "Ciudadanos por la Unidad", al que invitaron beatas y cortesanos y le hicieron abundante propaganda en redes sociales en respuesta al contundente acto que ocurriera este mismo mes en el Anfiteatro de El Hatillo organizado por María Corina Machado, Voluntad Popular y Antonio Ledezma. 

Empecemos por el "venue" o "recinto" (ya que ser angloparlante va en contra de ese buen revolucionario que inspira el ser de izquierda), el CCC, es un elitesco teatro en el municipio más rico del estado Miranda, en donde se combina un atrevido diseño naranja (que no guarda ninguna armonía arquitectónica con sus alrededores) con espacios dedicados a la cultura y el esparcimiento, su arrendamiento, bastante costoso y lucrativo para una de las alcaldías que más renta recibe de toda la república hace del mismo un sitio bastante adecuado para que los que auspician este tipo de eventos se congreguen en torno a ideas trasnochadas, las mismas que el cronista de la semana anterior describió perfectamente en su artículo. 
El aforo del CCC no debe pasar de las 200 personas, en fuerte contraste con el aforo de un sitio mucho más grande como lo fue el Anfiteatro de El Hatillo. A juzgar por lo popular que es la idea de la "Unidad" en este momento, no nos sorprende que hayan usado el patiecito de ese teatro grande en vez del auditorio donde Gledys Ibarra llorando sacó su cédula para decir que votaría por Capriles y con el auditorio full cantando en coro Yordano di Marzo tocó "por estas calles". 

Llegamos temprano, media hora antes para conseguir un adecuado sitio en donde sentarnos, de inmediato pudimos ver que se dispusieron sillas plásticas en los sitios laterales al pequeño escenario, que estaban montando un andamiaje para un gigantesco backing plotteado (que quien sabe cuanto costó y sólo los organizadores saben quien lo pagó, esperamos que no haya salido del presupuesto de alguno alcaldía o gobernación opositora) que rezaba "Ciudadanos por la Unidad", caras familiares, todas presentes en el acto al guerrillero homenajeado anterior, sumado a la convocatoria de los "intelectuales de izquierda" que conforman el status quo de la oposición oficial nos daban la idea de que este acto, sería una continuación del llevado a cabo en el mismo sitio la semana anterior. 
Dos enormes cornetas nos daban la bienvenida con música bastante variada, esa que le gustaría a yuppies que celebraron con champaña la defenestración de CAP en el 93 y llegaron a gobernar con el chiripero. (Resulta bastante irónico que Carlos Raúl Hernandez haya llegado en el momento en el que las cornetas sonaban con la melodía de "emborráchame de amor" de Héctor Lavoe) Entre Coldplay, R.E.M. y para terminar con "puro teatro" de La Lupe, el colmo de las ironías del patético espectáculo de las viudas masistas y el castrismo opositor nos ofrecería.

Problemas técnicos con el sonido impidieron que el acto iniciara a la hora pautada, no se lograba cuadrar que el sonido pegara con el streaming en vivo del canal de Kico Bautista (ese que veíamos en Globovisión todas las noches haciendo cuña a Canteras y Mármoles, la misma que ahora trabaja como contratista de la Misión Vivienda). 
Lentamente fueron pasando la lista, el beodo dominical al frente, camisa naranja (no podía faltar MAS), lentes carey, jeans desteñidos, el autor del Kino electoral de la asamblea nacional constituyente, con una camisa muy reminiscente a las batolas de Violeta Chamorro, la profesora universitaria dirigente de Primero Justicia en Carabobo, con un conjunto que le quedaba apretado, el anciano y derrotado guerrillero fundador del MIR con su tradicional guayabera blanca. Destacaba la elegancia entre los asistentes, parecían vestidos para un fashion show, una gala de moda, en la cual desfilaron las carteras Carolina Herrera, los taller, preciosos tacones, corbatas de gucci, relojes rolex, technomarine, arcadio díaz, y demás. Notoria era la ausencia de jóvenes, trabajadores, estudiantes y ese "pueblo" al que la izquierda opositora hipócrita de este país dice amar, pero se cuida mucho de tener cerca, ya que sólo sirve para votar.

El evento sería presentado por el barriologo Chúo Torrealba y Alonso Moleiro, quienes entre oradores, aprovechaban para saludar a los presentes, y hacer comentarios sobre lo bueno que es el "pueblo venezolano", pueblo que paradójicamente no estaba presente en ese acto.
El primer orador dijo una serie de frases que captaron nuestra atención:
"No queremos que Maduro renuncie, queremos que gobierne"
"No somos un movimiento opositor"

 A pesar de que no llevamos un orden de los oradores, como seguro la xenofoba cronista de apellido impronunciable si, destacaremos las frases de algunos..

María Puerta destacó al igual que Carlos Raúl Hernández que los chavistas padecen los mismos problemas que los opositores, que nosotros nunca fuimos una mayoría contundente pero que podemos llegar a serla si todos juntos vamos a "la fiesta democrática".  Damián Prat no tardó en comparar al estalinismo con este gobierno, al defender las mafias sindicales que operan dentro de las empresas de la Guayana, con una especie de discurso reivindicativo hacia los sindicatos.
Por su parte, el compañerito de Merentes en las primeras aventuras electorales del chavismo, ese que aniquiló la representación proporcional mediante un ardid matemático se empecinó en hablar sobre la maltratada condición del profesor universitario y el cerco que sus compinches en el gobierno le tienen a las casas de estudios del país, destaca la frase "aquí en esta sala hay mucho talento que puede poner a trabajar este país", dicho de otra forma, "los asistentes a este mitin queremos cargos en el hipotético próximo gobierno".
La abajo firmante turista venezolana, hizo una apología a los indígenas de nuestro país, en un discurso que reafirma la posición del indigenismo revanchista tan afín a ese mito que es el buen salvaje transformado en buen revolucionario, después de todo, los pioneritos que fueron a Cuba a formarse hoy día son profesionales, la crema y nata de una sociedad que ellos ayudaron a destruir, los perfectamente descritos "náufragos políticos" por CAP.
Entre orador y orador, cada uno más ñángara resentido, llenos de odio a sí mismos que el otro, destaca la bienvenida que le dieron al también masista y hoy sucesor de Aveledo, Cristobal Fernández Daló, ese que mandó a votar por Chávez en 2006, que fue parlamentario con Aveledo.

Uno de nuestros colaboradores definió perfectamente en twitter a éste régimen con la frase: "este régimen es la revancha del MAS". Y no es mentira, pues fue notoria la ausencia de gente como Leopoldo Puchi, Rafael Simón Jimenez, Pompeyo Márquez, Ismael García, Juan José Molina, Juan Barreto, José Vicente Rangel y demás integrantes de ese partido que durante décadas en la mal llamada cuarta república financiaron grupos rebeldes, favorecieron la injerencia de la guerrilla cubana castrocomunista (que nuestras Fuerzas Armadas repelieron), y ayudaron al arrogante y anciano Rafael Caldera llegar por segunda vez al poder, toda vez que éste para poder hacerlo tuviera que desintegrar a su partido, arando el terreno para la crisis de partidos que surgiría después de su gobierno, y que llevó al chavismo al poder.
Olvidaban los Masistas asistentes al evento que ellos, en 1992, tanto en el 4F como el 27N aplaudieron a los golpistas, los fueron a visitar en las cárceles, presionaron a Caldera para que los indultara.
Fue el voto de un masista el que salvó a CAP de ser sometido a un antejuicio de mérito en su primer gobierno, y fueron los vítores de un desquiciado Kico Bautista en una arenga que hizo que el auditorio se levantara sostenidos de manos gritando "Unidad, Si podemos", en una clara reminiscencia de esos días en los cuales la tolda naranja agarraba votos.
Ni una palabra sobre Bassil,  Robert, Geraldine, y demás muertos asesinados por los órganos represivos del estado, abundaron las frases "justicia social", "redistribución", "sindicatos", "unidad". A diferencia de en el congreso ciudadano, en donde se pidió un minuto de silencio por los caídos, los oradores pedían aplausos  y vítores, como celebrando que el Estado haya asesinado a los que en su legítimo derecho protestaban, pero ante sus ojos, "cerraban las calles y le daban auge al gobierno con su violencia".
El orador de cierre, fue Carlos Raúl Hernández, quien en un perverso discurso lleno de tergiversaciones de la historia, inyectaba teoría política marxista a los asistentes, desestimando las protestas del movimiento Solidaridad de Walesa, dándonos a entender que el comunismo polaco cayó con votos, que las acciones de calle de Vaclav Havel fueron inútiles, que la protesta no tumbaba a los gobiernos sino que éstos caen por sus fracasos económicos.
Tanta barrabasada junta llegó a su clímax cuando golpeando el podio con el puño para luego elevar el puño izquierdo en el aire dijo "Gracias a dios por el voto electrónico", al tiempo que enviaba indirectas a la gente de ESDATA.
¿Olvidaba acaso Carlos Raul que el voto electrónico lo prohibieron en Francia, Alemania, Irlanda, Luxemburgo, Italia, Bélgica y Holanda?  No lo olvida. él lo sabe bien, pero el resentimiento que tienen los masistas de los votos que les robaron adecos y copeyanos en elecciones auténticas en donde las "actas mataban votos" no porque "quien cuenta los votos decide la elección" sino porque el MAS nunca tuvo el músculo electoral para hacer valer su derecho de cuidar los votos en donde se los robaban.
Todos los que hablaron en ese acto, al igual que sus asistentes eran adultos entre los 40 y 80 años, no habían pobres, ni habían jóvenes. Ni tampoco hubo mensaje a los militares, dueños de las armas y del legítimo "monopolio de la violencia". Las viudas del masismo trasnochado en su aquelarre MUDeco celebraban su aparente triunfo al ser considerados el status quo. Desestimaron sin ningún tipo argumento lógico el gerrymandering y el malapportionment con el ilógico consuelo metafísico de "ganar Barinas y Miranda". Repitieron como loritos el "conquistar y seducir al chavismo descontento", ignorando que el chavismo descontento no vota opositor, sino que se abstiene.
Dejaron bien en claro sus intenciones, las mismas de siempre, la de sembrarle falsas esperanzas a la gente, para un nuevo fracaso electoral y el posterior traslado de culpa al elector.

El MAS gobierna de lado y lado, este sistema electoral, este gobierno y sus acciones son producto del accionar político de ese partido político, y los convocantes a ese mitin de hoy no son sino los que por conveniencia, por acuerdo o por desavenencias ya no están en el poder, pero le agarraron el gusto a los privilegios que el poder otorga.
Para los Masistas, nosotros los jóvenes, no importamos, como tampoco importa la clase media, como tampoco importan los estudiantes presos de conciencia. Sólo importan los votos para ganar curules en circuitos papaya y no asistir a las sesiones parlamentarias.

Ese triste acto, lleno de trasnocho es el reflejo de la sociedad que prefirió que un golpista que quería matar a un presidente y a su familia llegara al poder, acabando con el sistema anterior porque ellos, los guerrilleros del MAS desde su soberbia, jamás pudieron jugar limpiamente a la democracia, y hoy, nos piden que como borregos, votemos en la máquina conectada a una captahuella en elecciones controladas por el partido de gobierno, donde no deciden los ciudadanos, sino que deciden los técnicos y los acuerdos que en cogollo, en petit comité, se llevan a cabo entre los miembros del MAS-MAS y el MAS-MENOS.

Grupo Cóndor

 

sábado, 9 de agosto de 2014

Aventuras de una Pionerita venezolana en Cuba por @celinacarquez

El artículo reproducido a continuación autoría de la periodista Celina Carquez es la muestra del castrismo opositor que plaga la oposición, una de las razones por las cuales no logramos salir del régimen Castro chavista: porque tanto chavismo y oposición oficial MUDeca son afines y cercanos a las ideas del anciano dictador...

Como dicen por ahí... Recordar es vivir...
- webmaster GC

Domingo
Domingo 24 de Octubre de 2010
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TalCual

 

Domingo

CRÓNICAS DEL S. XXI

Aventuras de una pionerita venezolana en Cuba

 
CELINA CARQUEZ

 
1 Estoy en una casa pequeña, pero con ciertos lujos, pese a que me encuentro en una Habana semiderruida. Hay aire acondicionado, un auto, televisor, nevera y habitaciones amplias. Me quedo allí con unos médicos amigos de mi familia, estoy junto a mi mamá y mi hermana. Mi mamá me trae una carta que me envía mi papá. Dice: "Hija, me alegro de que vayas al campamento de niños pioneros y tengas la oportunidad de conocer otra forma de ver el mundo. Te quiere, tu papá". 

Tengo nueve años, vivo a las faldas de mi mamá, y armo un berrinche porque no me quiero separar de ella. ¿O sería que intuía a dónde iban a mandarme? Igual soy eyectada al Campamento Internacional de Niños Pioneros 26 de julio en Varadero, dos o tres días después.

2 En Venezuela hay una pequeña legión de ex niños pioneros que fueron adoctrinados directamente en la Cuba comunista. 

Pero no hay nada que temer: soy una de ellos. Me enviaron dos veces a esos campamentos, y juro que de aquello no quedó nada, ni surtió efecto alguno. Nunca tuve ganas de tomar el cielo por asalto, ni de hacer la revolución. 

Mi viaje fue hace casi 25 años. Faltaban tres años para que cayera el muro de Berlín. Existía la Unión Soviética, era la época de la guerra fría; los buenos, los malos. 

Cuba era un símbolo: la lucha contra el sistema capitalista en América Latina. Yo, obviamente, no entendía nada de esto. 

Mientras, jugaba con mi colección de barbies pret a porter y veía Candy-Candy. 

Estos viajes se hacían cada año. Desconozco si había algún criterio especial para seleccionar a los niños, aparte de la militancia de los padres. Teníamos un uniforme: franela blanca, boina azul y pañoleta roja. En un vuelo a Cuba coincidí con el fallecido actor Héctor Mayerston. Aún conservo la foto que me tomé con él; estaba exultante. 

Siempre fui junto a la delegación del Instituto Venezolano-Cubano de la Amistad. Éramos entre 12 o 15 venezolanos. 

Había, por supuesto, un presidente de la delegación. Sé que Ricardo Menéndez, el hoy ministro de Ciencia y Tecnología, presidió una de las delegaciones en las que estuve. No sé cómo se escogían esos presidentes, quizá voté por él y mi cabeza no lo recuerda. También hay un alcalde que fue, pero no coincidimos. En honor a la verdad, conozco más gente que estuvo en esos campamentos y le importa un bledo la política, que los que ahora están con el chavismo. 

3 Llegué a Varadero un agosto junto con mi hermana mayor ¡quien tampoco presenta rastros de adoctrinamiento en su mente!, y estuvimos ahí durante un mes. Era una especie de complejo habitacional, con edificios en bloques de cuatro pisos, canchas de tenis, fútbol, un patio con astas para cientos de banderas, piscinas, comedores, y salida al mar. Ese lugar aún funciona y tiene capacidad para albergar a 14.000 niños. 

Había mucha gente. Por primera vez en mi vida, me encontré con personas como yo: ateos e hijos de comunistas. Ya no era rara. Y creo que sólo por eso me sentí feliz. Estos campamentos, en sus mejores épocas, recibían niños de 30 o 40 naciones. 

Se suponía que teníamos tareas, había un orden, actividades cívicas que cumplir y temas importantísimos que discutir. Pero sólo recuerdo la inmensidad del mar. 

Caminar por esa playa que me parecía infinita, porque el agua no era profunda y tenía la sensación de que, por mucho que caminara, siempre estaría en la orilla. 

Recuerdo el calor. Siempre que creíamos que acabaríamos derretidos nos daban patillas, kilos y kilos de patillas que devorábamos para saciar la sed. Ningún pionerito podrá decir que pasó hambre en Cuba. Jamás. Comíamos a todas horas: galletas, frutas, jugos. No necesariamente bien, pero comíamos muchísimo. 

Cada semana una delegación cocinaba, otra limpiaba, otra ponía la mesa, otra fregaba. Una idea muy romántica para inculcarnos valores. El caso es que la comida, a veces, era poco digerible. Muchos niños terminaban con diarrea. Además de que no se usaba aceite, sino manteca de cochino. Pero tenía su encanto, lo de repartir tareas, claro está. 

A la hora del almuerzo te sentabas en unos larguísimos mesones a compartir con gente distinta y conocías otras culturas. El comedor que también tenía aire acondicionado estaba atestado de fotos y afiches de Fidel, que decían cosas como "Con Fidel rumbo al siglo XXI", "Fidel es el futuro". Y fotos del Che. Tantos afiches y fotos como los que pueblan las autopistas y avenidas venezolanas con la cara de Chávez. 

Todo el viaje repetíamos este grito de guerra cada vez que nos lo pedían: ¡Pioneros por el comunismo, seremos como el Che! Y hacíamos un saludo militar. Lo hacíamos en un patio, a pleno sol, donde se izaban las banderas de nuestros países, y una vez a la semana se reunían todas las delegaciones en una plaza, y cada cual cantaba el himno de su país versión abreviada, mientras los demás pioneritos escuchaban. Era emocionante cantar tu himno frente a todos, aunque a nadie le importara salvo a los tuyos. Pequeñas semillas nacionalistas.

Aprendí algunas letras, como la O Bella Ciao , que después que la memorizas nunca la olvidas. "Soy comunista, toda la vida/O bella ciao, bella ciao, bella ciao ciao ciao/soy comunista, toda la vida/y comunista he de morir (bis)/Y si me matan en el combate/o bella ciao, bella ciao, bella ciao ciao ciao/y si me matan en el combate/pongo en tus manos mi fusil (bis)". 

4 Cuéntanos, ¿cómo viven los niños como tú en Venezuela? me preguntó una noche un facilitador, mientras estábamos sentados junto a una fogata en la playa. 

Hay muchos niños pobres que no van al colegio. Y hay otros que los llevan a Miami repetí, reduje y simplifiqué. 

Ese facilitador también sabía de historia. Cuando una pionerita habló sobre su vida en Managua, el facilitador intervino para contarnos a todos que en Nicaragua vivió Augusto César Sandino, un campesino y patriota, que lideró la resistencia contra el ejército de ocupación estadounidense, y que fue asesinado por Anastasio Somoza. Así iban desgranando el panteón de héroes de todos los países, e introducían a los pioneritos que provenían de naciones para algunos desconocidas. Como cuando nos presentaron a una niñita de Belice, y no sólo no pudimos ubicarlo en el mapa, sino que jamás habíamos oído de ese país. Yo, por mi parte, jamás he vuelto a conocer a un beliceño. 

El facilitador me hizo otra pregunta, pero no recuerdo qué fue ni qué dije. Recuerdo, sí, su interés en saber cómo vivía la gente y si había mucha pobreza. La onda era que todo el mundo contara los horrores y las injusticias de sus naciones, y pudieran darse cuenta que había una constante: niños oprimidos por un sistema que los condenaba. A todos se nos arrugaba el corazoncito con las historias. 

Pero hubo una historia que sí me frunció el corazón como una pasa, y nunca la olvidé. Una noche, paseando por el complejo, me topé con un remolino de gente alrededor de un niñito color ébano, de no más de trece o quince años y cuerpo enjuto. Su piel estaba llena de cicatrices y usaba muletas porque le faltaba una pierna. 

¿Qué dice? ¿Quién es? -pregunto con impaciencia a los otros que tengo al lado, pero nadie parece oírme. 

Se llamaba Joao, viene de Angola. Está contando que perdió una pierna luchando en la guerra por liberar a su país del apartheid y el colonialismo -me dice un adulto, un cubano que le sirve de traductor. 

Joao andaba junto con una delegación angoleña bastante grande. El mayor de ellos no tendría 20 años y casi todos estaban heridos. A algunos les faltaba un brazo o una pierna. Te mostraban su cuerpo tiroteado o desmembrado, con una rara mezcla entre tristeza y orgullo. 

El traductor contó que Cuba ayudó a la guerrilla del Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), en su batalla contra el colonialismo portugués. 

Cuba permaneció en ese país 16 años. 

Sí, ése era otro mundo.

5 A los niños cubanos no los dejaban entrar en nuestras habitaciones. No entendía por qué. Los mexicanos, los españoles, los nicas, los franceses, los norteamericanos, todos los demás, entraban y viceversa. Menos los cubanos. Eran los propios cubanos los que se inhibían. De hecho, estaban en otro edificio. Algo así como uno para nacionales y otro para internacionales. 

Había delegaciones de delegaciones. El esquema de países centro-periferia también se reproducía en el campamento. Los franceses eran respetados, y dedicaban mucho tiempo a repartir panfletos apoyando la liberación de Nelson Mandela. 

Los norteamericanos eran populares, y por razones obvias, no eran muy queridos, pero los que osaban ir al campamento, habían hecho un acto de constricción previo. 

Recuerdo un amor apasionado entre una gringa y un cubano que no tenía nada que envidiarle a ningún culebrón venezolano. 

Los cuates mexicanos se escapaban en las noches con los chamos venezolanos a intercambiar tequila por ron. Un presagio de la economía del trueque que vendrá. 

Un mediodía, por los parlantes dijeron esto: "los compañeros de las delegaciones de México y Venezuela nuevamente rompieron las reglas y salieron después de la hora establecida para dormir". O sea, ¿nos espiaban? En uno de los viajes también estuvo un mexicano que era nieto del Che. Y por supuesto era una especie de rock star

Todo el mundo no hacía otra cosa que preguntarle por su abuelo. No, no lo había conocido. Ya estaba muerto cuando él nació. 

De allí salieron no sé cuántos romances y amistades. Y eso que no existía internet, ni facebook-twitter. A la vieja usanza: postales y cartas. Otra época, definitivamente. 

6 El penúltimo día en el campamento, nos llevaron en un autobús alquilado a una diplotienda una tienda para diplomáticos y turistas, en la que se podía comprar todo lo que uno quisiera, siempre que fueras extranjero y tuvieses dólares. 

Había muchos perfumes franceses, maquillaje y ropa Dior. A causa del bloqueo, esos productos eran de lo poco que entraba a la isla. Por tonta traté de pagar a una cubana una bolsa de caramelos y dulces varios con bolívares. La cubana se rió de mí, y mi hermana mayor me miró con cara de querer decir: ¿sufres retraso mental? Llegó el último día. Llevaba en mi maleta un montón de ropa sólo para regalarles a los cubanos. Mi mamá la había comprado y también había recolectado chivas. Todo el mundo lo hacía, era como un ritual. 

Busqué a las amiguitas que hice. Dependiendo de las simpatías daba lo que tenía pero siempre daba. A cambio, mis amiguitas cubanas me regalaron muchos prendedores de espejitos con los rostros a colores de Lenin, el Che, Fidel, Martin Luther King y José Martí. Sería temerario decir que había prendedores de Stalin, pero pienso que sí. 

Chica, ¿tú no tienes chicle Adams que me regales? -dice una de mis amiguitas. 

No, no tengo. 

¿Pero ni un pedacito? ¿Nada? No, nada. No traje. 

Quedó desolada. Pienso: Maldito capitalismo. Intercambiamos direcciones, y quedamos en escribirnos. Pese a que mi madre fue la promotora y principal activista del viaje, al año siguiente, no sé por qué, nos llevó a Miami. Y luego, otra vez a Cuba. Y luego, detesto a los militares.